Compartir su don más preciado: la vida monástica. Así quieren responder las hermanas Cistercienses que forman parte de la comunidad del Sancti Spiriti de Arnedo la llamada del Papa Francisco a «salir a las periferias». Como al vivir en clausura ellas no pueden salir, proponen entrar a quienes tengan interés en conocer y experimentar cómo es su vida diaria, un «regalo» por el que cada día estas monjas de clausura dan gracias a Dios.
La abadesa de este Monasterio de Nuestra Señora de Vico, la hermana Isabel, explica a la Fundación DeClausura que antes de la pandemia, en 2019, se plantearon la idea que no ha podido hacerse realidad hasta este año. Así, detalla, durante una semana, compartimos con esa persona dispuesta a vivir esta experiencia monástica nuestro carisma y espiritualidad, nuestra vida litúrgica, el trabajo, la comida y el descanso».
Experimenta la vida monástica
Si quieres hacer esta experiencia monástica, contacta directa con la comunidad por correo electrónico monasteriodevico@monasteriodevico.org
Algunos testimonios de quienes han experimentado la vida en el Monasterio de Nuestra Señora de Vico
«Ya formáis parte de mi vida»
La primera mujer en ser acogida en el Monasterio pudo vivir la pasada Semana Santa con la comunidad. Y hasta la fecha, diez han sido las mujeres de entre 18 y 60 años que han vivido esta experiencia de vida tan especial tanto para ella como para las hermanas.
Rian es una de ellas que nos ha querido compartir su testimonio:
«Cuando me planteé la estancia con las monjas cistercienses del Monasterio de Santa María de Vico no sabía muy bien qué iba a encontrar, pero sí tenía una fuerte intuición de que era lo que yo necesitaba en ese momento. ¿Y qué necesitaba? En una sola palabra: PAZ.

Una mujer invitada a vivir una semana en el Monasterio de Nuestra Señora de Vico reza Laudes con sus hermanas Cistercienses.
«Que el mundo camine hacia Dios»
Por su parte la hermana Carmen nos comenta:
«Pensamos que la gente de fuera nos conoce muy poco. Por eso invitamos a todas las personas, de cualquier religión que sea, a vivir con nosotras durante una semana, y esto conlleva rezar, trabajar y comer juntas.
Para mí, ha sido una experiencia preciosa, porque he visto claramente lo que nos han aportado y enriquecido, todas las personas que han pasado por nuestro monasterio.
Ha sido un toque de atención, para revisar nuestra vida, para ver claramente, nuestra responsabilidad en la Iglesia.
A mí, me han recordado, que nosotras, las contemplativas somos esas zonas verdes de las ciudades que nadie se para a pensar qué es lo que hacen pero que sin ellas, el mundo se ahogaría. Nosotras con nuestra oración regamos esas ‘zonas verdes’ para que siempre estén ‘frescas’ y cumplan su cometido.
Tenemos que estar siempre ‘abiertas’ para que el mundo camine hacia Dios.»
«Que el mundo camine hacia Dios»
Y por último, la hermana Eutropia considera por su parte muy importante «dar a conocer nuestra vida, dado que, no se ama lo que no se conoce. De esta manera, la gente puede parar un poco y acercarse a Dios. Aunque nuestros monasterios son como faros de luz, mucha gente no nos conoce.
Para mí, es una experiencia muy positiva y valiosa, que nos enriquece a todas, tanto a la comunidad como al que llega. Su aportación es de mucho valor, su testimonio al finalizar la experiencia es una ayuda para nosotras para poder revisar nuestra vida y mejorarla. Ya han pasado varias, su testimonio es sorprendente, casi todas coinciden en manifestar de que no esperaban lo que han encontrado».
Cristina
Gracias por compartir esta experiencia, me haría mucha ilusión ver el encuentro on line y como no vivir una experiencia con ustedes. Gracias
Blanca de Ugarte
Buenas tardes,
Gracias por tu comentario. Puedes inscribirte en este enlace: https://mailchi.mp/declausura.org/encuentro_sor_isabel_monasterio_vico
Hasta pronto